martes, 21 de septiembre de 2010

¿QUÉ ES MEJOR PARA PERDER PESO?


LO PRIMERO DEJA DE COMER Y DE BEBER ALCOHOL Y BEBIDAS CON AZUCARES COMO UN POSESO.
La pregunta del millón. Durante muchos años, en un contexto de deporte y salud, siempre se ha recomendado que para perder peso lo mejor era hacer ejercicios a baja intensidad durante mucho tiempo. Esta recomendación se basaba en dos ideas: que cualquier persona no entrenada pudiera aguantar haciendo actividad física durante más de una hora y que la principal fuente de aporte de energía para esa actividad fueran las grasas.

Cuando se hace cualquier actividad física, el aporte de energía muscular la proporcionan, básicamente dos compuestos: la glucosa (hidratos de carbono) y las grasas. El aporte de cada uno de ellos varía en función de la intensidad del ejercicio. A mayor intensidad, más aporte de glucosa y menos de grasa. Por este motivo, se recomendaba el ejercicio a baja intensidad, para que la fuente principal de energía fuese la grasa.

Sin embargo, se ha demostrado que es más importante incidir sobre el equilibrio entre las calorías que se aportan con la alimentación y las calorías consumidas. Por este motivo, lo más eficaz para perder peso es que las calorías consumidas sean mayores que las calorías ingeridas. Y para consumir más calorías, cuanto más intenso sea el ejercicio mejor. Eso sí, tendrá que ser una intensidad que te permita aguantar durante al menos 45 minutos, ya que si no, al final estarías "quemando" menos calorías totales.

Para que te hagas una idea, un biker de unos 75 kg, yendo a 20 km/h consume unas 600 kcal por hora. Mientras que si fuera a 28 km/h estaría consumiendo 900 kcal. Es importante que tengas en cuenta que para que la pérdida de peso sea efectiva y sin pérdida de masa muscular no deberías perder más de 2 kg al mes (500 g semanales), en caso de sobrarte mucho peso. Si no te sobra mucho peso, la pérdida de peso debe ser menor, 250-300 g/semana.

Un ejemplo para un ciclista de unos 75 kg que quisiera perder 2 kg de grasa en un mes sin modificar su dieta: dado que un gramo de grasa suponen 9 kcal, 2 kg suponen 18.000 kcal pero de éstas sólo se puede gastar un 80% (un 20% es agua), así que serían 14.400 kcal. Tendría que aumentar su gasto calórico semanal en 3.600 kcal. Suponiendo que entrenase cuatro días a la semana, cada día tendría que consumir unas 900 kcal en cada entrenamiento. Esto lo conseguiría en una salida de dos horas a intensidad moderada (70 al 80% fcm).

jueves, 16 de septiembre de 2010

MEJORA EL RENDIMIENTO CON TU MENTE


Además de entrenar el cuerpo, la cabeza es esencial para conseguir un rendimiento óptimo en la competición o en cada salida..

La foto que ilustra este artículo corresponde a la llegada a meta del suizo Friskies en el Mundial de Les Gets 2004. Después de liderar la carrera, un problema mecánico le retrasó más allá de la sexta plaza, desde donde comenzó una épica remontada (e imposible para la mayoría de los presentes) en busca de la medalla. Y sólo una excepcional fuerza mental fue capaz de llevarle a remontar un puesto tras otro, y a menos de 200 metros de meta arrebatar el tercer puesto al belga Paulissen, cuando nadie daba un "euro" por él...

Ese poder mental, en este caso fruto de la experiencia de competir muchos años al más alto nivel, puedes desarrollarlo tú si sigues nuestros consejos. No te aseguramos que vayas a ganar una medalla en el Mundial, pero es posible que seas más feliz. Y eso también es importante, ¿no?


BUENOS PROPÓSITOS

A principio de año todo son buenos propósitos: "Voy a entrenar más que nunca", "este año quiero preparar tal cita", "a ver si me quito estos "kilillos" que me sobran"... Todo esto a más de uno nos suena ¿verdad?

Siempre empezamos con muchas ganas, en ocasiones demasiadas, que luego van desapareciendo hasta que por diversos motivos (lesiones, desmotivación, falta de tiempo o todo junto) dejamos pasar la ocasión. En este artículo os vamos a dar unas pautas que a todos los niveles os ayudarán a concluir con éxito una temporada deportiva. Presta mucha atención y sigue leyendo, que sacarás algunas buenas conclusiones...

Partimos de la base de que el deporte es uno de los mejores medios para llegar a un estado mental de equilibrio, en el que un cuerpo en forma y saludable permite vivir con más vitalidad y bienestar. Sin embargo, el entrenamiento deportivo puede provocar agotamiento y fatiga, no sólo físico, sino también mental, con efectos perjudiciales, que se terminan reflejando en el rendimiento y salud del deportista. Vamos a ver cuáles pueden ser los problemas que surjan, en ambas posibilidades, y cuáles sus soluciones.

Comencemos sabiendo qué entendemos por psicología deportiva. "Cuando las capacidades fisiológicas, las técnicas de entrenamiento, la intensidad de trabajo, alcanzan niveles máximos, la frontera última de la ciencia del deporte es la mente y es allí donde hace su aporte la psicología deportiva". Efectivamente esta afirmación sólo es aplicable para los deportistas que buscan el máximo rendimiento, y somos conscientes de que muchos de nosotros vemos el deporte de una forma más relajada o con la única pretensión de mejorar a nivel personal.

Pero recuerda que el deporte de élite es la cuna de la experimentación y, en la búsqueda del máximo rendimiento, se obtienen respuestas para todo tipo de deportistas: ¿Por qué nos lesionamos más o rendimos menos en época de exámenes, cuando hay problemas en casa, mucho trabajo, etc.? ¿Cómo puedo controlar mis nervios precompetición? ¿Por qué me cuesta tanto salir a entrenar últimamente? ¿A qué circunstancias está sujeta mi motivación?


SÉ REALISTA. En primer lugar has de valorar si el objetivo propuesto es viable. La disponibilidad de tiempo, el interés, la edad o los recursos técnicos, son limitaciones que hay que tener en cuenta. Tienes que ser justo contigo mismo y ponerte objetivos alcanzables dentro de tus capacidades y posibilidades. En torno a esto girará todo. Si apenas dispones de cuatro horas semanales para dedicarle al deporte, difícilmente podrás correr la Copa del Mundo "metiéndole el codo" a Hermida.

ORDENA Y PLANIFICA TU OBJETIVO. Desde el primer momento en el que decidas ponerte "manos a la obra", asesórate, bien a través de los conocimientos de un preparador físico o de bibliografía. Un entrenador evitará errores en tus entrenamientos y optimizará tus horas de actividad física, necesitando menos horas de entreno para obtener mejores resultados y así sabrá adecuar el entrenamiento a tus actividades diarias. Además hará las veces de psicólogo y será quien equilibre la balanza, siempre desde la objetividad.

Sitúa los entrenamientos más estresantes (generalmente de alta intensidad) en períodos y días alejados de las competiciones, citas importantes o situaciones que creas que puedan crearte tensión (reuniones, exámenes, viajes de negocios), para evitar que se junten dos períodos de mucha concentración (y fatiga) mental. Si no consideras conveniente el ponerte bajo las instrucciones de un preparador, infórmate leyendo libros o busca algún plan de preparación para mountain bike. Aunque no sea específico para ti, incluirá principios básicos que seguro serán mejor que entrenar "de cualquier manera".

DATE UN RESPIRO. Como continuación del punto anterior, debes programar períodos de descanso, no sólo físicos, también psicológicos. En esos períodos, realiza esas actividades que siempre quieres hacer (otros deportes, algún viaje, etc.) que entren dentro de tu período de descanso físico y que aproveches para mejorar tu grado de satisfacción personal. Si ves que tu modo de entrenar te hace entrar en un proceso monótono, añade más variedad a tu entrenamiento con actividades nuevas y distintas a las convencionales. El día antes de una competición intenta descansar, pero que eso no suponga un castigo. No estés todo el día observándote y comparando sensaciones porque lo único que haces es agobiarte. Distráete un poco dando un paseo, yendo al cine, pasando un día tranquilo en familia...

NO PIERDAS EL RUMBO. Todos coincidimos en "el que algo quiere, algo le cuesta", ya que el espíritu de superación es uno de los pilares del deporte, pero no hay que confundir el rentabilizar tus horas de hacer deporte entrenando correctamente, con sacrificar horas del resto de tu vida por el deporte. No permitas en ningún momento que tu meta te obsesione o genere en ti un estado de estrés, ya que esto te conducirá, con total seguridad, al abandono y fracaso del objetivo inicial.

MOTÍVATE A DIARIO. No permitas que el miedo al fracaso te desmoralice o te genere dudas sobre si realmente estás preparado o si ha sido una buena decisión "asaltar" tu objetivo. No te preocupes por el resultado final, sé siempre positivo y piensa que lo que hace grande y único al deporte no es la meta, sino los momentos experimentados en el camino. Si surgen complicaciones, piensa que ya recuperarás y tómate el tiempo necesario. Muy importante es no mirar el objetivo de forma total, ponte metas a corto plazo, semanales e incluso diarias.

VAS A SUFRIR. La capacidad de sufrimiento también se entrena y se desarrolla, piensa que el resto también está sufriendo igual o más que tú y de esa forma serás capaz de aumentar tus umbrales de esfuerzo. Es bueno pensar también en situaciones de crisis. Piensa que tus expectativas pueden no cumplirse y no por ello debes retirarte o dejar de pasarlo bien. Nunca olvides que las cosas no son como empiezan, sino como acaban. Puedes estar pasando por un momento malo, del que te repondrás. Adáptate a las circunstancias y lucha con los recursos de cada momento. Si adoptas esa conducta por sistema, cuando el rendimiento acompañe, serás un corredor muy "duro de pelar".

CORTA CON LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Busca frases, palabras, ideas o incluso imágenes que te hagan olvidar los pensamientos negativos y te hagan pensar en positivo. Deberás dar con estas "palabras mágica" cuando tu estado sea optimista y utilizarla habitualmente para que en los momentos malos se te venga inmediatamente a la cabeza. También puedes hacerte una lista de frases motivantes, que puedas leer en esos momentos de "bajón" o incertidumbre.

SÉ DISCIPLINADO. Es algo que también se puede entrenar. La disciplina ayudará a que tu autoestima aumente, pero recuerda que la disciplina hay que aplicarla tanto para los entrenamientos como para los descansos. Si sabes que eres "remolón" para salir en bici, trata de hacerlo cuanto antes, si lo vas dejando acabará pasando el día y no habrás salido a disfrutar de aquello que nos apasiona. Muchos pequeños esfuerzos acabarán sumando un gran resultado.

NO TE ACELERES. Si haces todos tus entrenamientos con orden y rigor, pronto empezarás a notar cambios satisfactorios en tu cuerpo y rendimiento. Es bastante habitual que ante este estado de euforia nos hagamos más descuidados en nuestros hábitos. Recuerda especialmente este apartado y, cuando empieces a entrar en forma, no caigas en el error del descuido, sigue entrenando con todo "el cariño" que lo has hecho hasta el momento, haciendo lo que toca, al ritmo que corresponda y realizando todo el ritual de recuperación diaria (estirar, dormir, etc.)

IMAGINACIÓN. Visualízate en el desarrollo de la prueba que estés preparando. Intenta imaginar todo tipo de situaciones: pasando por un mal momento, entrando victorioso, un momento de rivalidad, etc. La noche anterior a la cita, mientras trates de conciliar el sueño, repasa el recorrido (si es que lo conoces), pensando donde cambiarás, donde frenarás, por donde trazarás... Ese "hormigueo por la tripa" hará que mentalmente te prepares para la situación del día clave, con el valor añadido de que cuando llegue ese momento ya habrás hecho varios simulacros mentales e inconscientemente te resultará más familiar y convencional.

SIN PRESIÓN. La gran mayoría de nosotros no somos deportistas profesionales y por tanto no tenemos que rendirle cuentas a nadie... más que a nosotros mismos. Debemos jugar con este factor a nuestro favor para así disfrutar más de todo lo que involucre un acontecimiento deportivo. Si nos va mal, nadie nos lo reprochará y si nos va bien será una enorme gratificación personal. ¿Que os apetece dar un salto aunque eso os "robe" energía u os reste algo de tiempo? Hacedlo si es lo que os pide el cuerpo.

ACTITUD. La posición que adoptemos frente a nuestros rivales nos puede conducir al éxito o al fracaso. Si nos ven seguros de nosotros mismos, se achantarán, mientras que si nos ven débiles e inseguros, les estaremos dando ventaja. Aprende también a distinguir las señales que te transmitan ellos, para así saber como están respondiendo o como reaccionarán.

ESCUCHA Y OBSERVA. Mira a tu alrededor y analiza las cosas buenas y malas que observes en las personas que te rodeen. Quédate con las buenas y trata de hacerlas también tuyas. Aparta las malas y si hay alguna en la que te veas reflejado, y que te no te guste, procura corregirla. También es importante que escuches a quienes tienes cerca, ya que en muchas ocasiones te ayudarán a hacerte ver cosas que tú no ves.

A TU ELECCIÓN. La mente es lo suficientemente poderosa como para hundirnos en la miseria o convertirnos en campeones. Tú puedes elegir tu camino, todo dependerá de cómo quieras enfocar tus pensamientos. Si aceptas un consejo; cree en ti, se optimista pero realista ¡¡Serás mucho más feliz!!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

¿TIENES EL SILLÍN A LA ALTURA CORRECTA?


Las cuestas son más cuesta arriba sobre tu bici, bajando no te encuentras seguro y tu rendimiento ya no es el de antes, tal vez deberías revisar la altura del sillín..
AVERIGUA LA TALLA DE TU BICI
La altura de sillín tiene más importancia de la que popularmente se le da y de hecho es uno de los factores que más influencia tiene sobre la eficiencia de pedaleo. Pon el sillín a la altura inapropiada y no sólo irás incómodo y no aprovecharás la fuerza de tus piernas sino que además puedes estar arriesgándote a una lesión. La altura es función de tu longitud de pierna por eso lo primero que has de hacer es obtener una buena medición de la misma.

1 Averigua la distancia en centímetros que hay desde tu periné o entrepierna hasta el suelo. Descálzate y ponte con la espalda pegada a una pared. Usa un libro, carpeta o regleta para ponerlo con una cara apoyada en la pared y otra contra la entrepierna. Fíjate en que el libro o lo que uses permanezca bien perpendicular a la vertical y toma la medida hasta el suelo. Presiona el libro hacia arriba, del mismo modo que lo haría el sillín.

2 Según los estudios biomecánicos, la altura correcta es el 88% de la longitud de la entrepierna, por lo cual no tienes más que usar la medida que acabas de obtener y multiplicarla por 0.88.

3 La distancia obtenida tienes que colocarla en tu bici tomándola desde el eje pedalier (el centro sobre el que giran las bielas) hasta la parte alta del sillín, siguiendo una línea paralela al tubo y a la tija de sillín. Ten en cuenta que esta altura no es un parámetro inmutable sino una referencia que podrás variar. Échale un ojo a nuestros trucos.
Como ejemplo, suponiendo que tu pierna mida 85 cm, tendrías que llevar el sillín a 74.8 cm. (85 x 0.88 = 74.8)

¿Y SI NO TENGO EL METRO ENCIMA?
Una manera muy práctica de averiguar cuál es tu altura correcta, algo menos precisa, es la de fijarte en la extensión de rodilla.
l Súbete a la bici y siéntate sobre el sillín. Haz que un ayudante te sujete.
2 Apoya los talones sobre los pedales, con toda la mitad anterior del pie saliendo por delante.
3 Pedalea hacia atrás, con los talones.
4 En el punto en el que el pie está más alejado del sillín (abajo, un poco adelantado), la pierna ha de quedar totalmente extendida, sin que la línea de caderas pierda la horizontalidad en ningún momento, y siempre pedaleando con los talones.
Si tienes que hacer bajar la cadera para llegar a la extensión de rodilla o pierdes el contacto con el pedal tienes que bajar el sillín. Haz que tu ayudante te ponga un dedo en el trocánter (hueso de la cadera) y se fije en que no baje al pedalear atrás.
Si no llegas a la extensión completa en el punto inferior tienes que subir el sillín hasta lograrla. Ten en cuenta que se pedalea apoyando la zona del metatarso del pie (parte más convexa de la planta) por lo que aunque al pedalear con los talones (para la prueba) las rodillas se extiendan, al dar pedales con el metatarso (situación real) no debe haber extensión total de rodilla en ningún momento.

SI AÚN TE QUEDAN DUDAS...
Si no estás seguro de llevar la altura correcta o piensas que el sillín se te ha podido bajar durante un trayecto, haz la prueba de pedalear hacia atrás con los talones, que explicamos en esta misma página, al pasar al lado de un escaparate, fijándote en tu reflejo. Recuerda que debes ver tu pierna extendida abajo, sin balanceo de cadera.
1 Si pedaleas casi siempre sentado cerca de la parte posterior del sillín puede ser porque la altura a la que lo llevas sea insuficiente. Al irte atrás buscas mayor altura, ya que te estás alejando de los pedales.
2 El caso contrario, si vas cerca de la punta del sillín es probable que lleves una altura más alta de la que te corresponde y por eso, de modo natural, te acercas a los pedales adelantándote.
3 Si tu frecuencia de pedaleo es elevada (más de 85-90 r.p.m.) te encontrarás más cómodo con el sillín adelantado y unos milímetros más bajo de lo que te dicen las reglas, así favoreces la subida de la pierna en la fase de pedaleo, haciéndola más rápida. Para saber a qué revoluciones pedaleas, cuenta las veces que el pie derecho pasa por la parte más alta de su recorrido en 15 segundos y multiplícalo por cuatro.
4 Si pedaleas despacio (70-75 r.p.m.) es preferible que retrases ligeramente el sillín y lo subas unos milímetros. Vas a poder aprovechar mejor la potencia de extensión de tus cuádriceps.
5 Cuando usas un sillín blando ten en cuenta que te vas a hundir ligeramente sobre él. Tenlo en cuenta a la hora de medir la altura para poner el sillín unos milímetros más alto.
6 Si tienes molestias en la parte anterior de la rodilla es probable que la altura de sillín que llevas sea insuficiente.
7 Si las molestias son por la parte posterior, en la zona poplítea, puede que te hayas excedido al subir el sillín.

¿POR QUÉ SE ME DUERMEN LAS MANOS?



Se te duermen las manos, sobre todo en las bajadas cuando vas agarrado fuerte al manillar... ¿Son los puños? ¿Son los guantes? ¿Es la postura sobre la bici

Los dolores de manos en mountain bike y ciclismo suele deberse a un incorrecto apoyo de éstas sobre el manillar. El nervio ulnar, que transcurre desde el antebrazo hasta la mano, queda aprisionado al recaer nuestro peso sobre las manos, produciéndose su adormecimiento.

No se trata de la talla de los guantes, probablemente debemos buscar unos guantes que no presionen el nervio. Con un puño y guante normal la presión que ejercen los huesos de la mano sobre el puño de la bicicleta oprimen el nervio ulnar, generando molestias, mientras que con un puño y guante anatómico la presión sobre la zona se reduce, gracias al aumento de la superficie de apoyo y al almohadillado que se encuentran bajo el nervio ulnar.

La sustitución de los puños puede ser también la solución. Recomendar unos es difícil porque los hay de distintas formas, durezas, tamaños... Es buena solución probar con unos más blandos, cuyo grosor se adecúe al tamaño de tu mano, que te resulten cómodos de agarrar, ergonómicos.

También es importante la forma con al que agarres el manillar. El manillar debe ir sujeto con firmeza pero sin hacer fuerza. Debes ir relajado sobre la bici pero con tensión muscular. Si vas demasiado tenso sobre la bici puedes agarrotar tu musculatura, produciendo de manera indirecta el dolor en las extremidades.

En cuanto a la postura pueden ocurrir varias cosas: Si el manillar está demasiado bajo y/o alejado, habrá una mayor cantidad de tu peso recayendo sobre tus brazos y manos. Si las manetas de freno, al frenar, quedan lejos del manillar, te verás obligado a llevar las manos abiertas y forzadas. Prueba a destensar los frenos para que las manetas tengan más recorrido y/o aproxímalas al manillar ajustando el tornillo de alcance. Unos acoples en los extremos del manillar también te podrían ayudar. Te permitirían cambiar las manos de posición durante las subidas y los llanos, aliviando de cuando en cuando la presión sobre la palma de la mano.

lunes, 13 de septiembre de 2010

CONSEJOS PARA SUBIR MEJOR


LOS DIEZ MANDAMIENTOS DEL ESCALADOR
Para subir mejor hay un "secreto" que no falla: estar más en forma. Sin embargo, más
¿CÓMO ENTRENAR PARA MEJORAR EN LAS SUBIDAS?

1. Sé cauto y realiza una ascensión en progresión. Comienza pedaleando con un desarrollo más ligero del que puedas mover y a medida que te aproximes a la cima engrana un desarrollo más exigente. Guardar algo de energía para el final puede resultar decisivo para no "explotar", para superar un repecho imprevisto o para lanzar el ataque decisivo.

2. Márcate pequeñas metas. En vez de pensar en la totalidad de la subida, piensa en llegar hasta un punto cercano (una roca, un árbol, una curva...), y así contínuamente, para mantener tu motivación activa.

3. No mires arriba. En vez de ir mirando al horizonte y viendo que la subida no termina nunca, mira al suelo (unos metros por delante para poder prevenir y superar obstáculos), pero no dobles el cuello para facilitar la respiración.

4. La mitad superior del cuerpo debe estar relajada. El pecho debe estar erguido para que el diafragma trabaje eficazmente y la espalda debe estar plana para que los músculos lumbares, cuadriceps y glúteos trabajen óptimamente.

5. Tira del manillar hacía ti con el brazo del mismo lado que la pierna que pise el pedal. No estrangules el manillar con las manos pero sujétalo con firmeza.

6. Un sillín más adelantado, una manillar más bajo y alejado, y unos acoples ayudan mucho. Si no quieres llevar cuernos, un manillar más ancho permitirá a la caja torácica expandirse cómodamente.

7. Procura mantenerte sentado sobre el sillín y ponte de pie sobre los pedales sólo en momentos puntuales (repechos, por cambiar de postura, aceleraciones...).

8. Las rodillas deben permanecer cerca del cuadro para maximizar la potencia de los cuadriceps. Además el esternón, la rodilla, el fémur y el metacarpiano del pie deben quedar alineados cuando se pisa el pedal. La gravedad ayudará a dejar caer más peso sobre el pedal.

9. En vez de llevar la bici cargada (recambios, agua...), carga tú con el peso (maillot o mochila). Las ruedas son el elemento móvil que más nos pueden perjudicar o favorecer, asegúrate de que sean ligeras y rodadoras. Si te espera una fuente en la cima, ¿por qué coronar cargados de agua?

10. El peso de la bici es un factor determinante pero no nos engañemos... El que tú también seas más ligero es de gran ayuda. ¿Te sobran unos "kilillos"

COLOCA BIEN TUS CALAS




Lo primero es localizar la segunda articulación del dedo gordo del pie. Es justo la más sobresaliente, donde aparecen los "juanetes". Quédate con este punto.

Ponte la zapatilla y marca en el exterior con un rotulador, sobre la articulación anterior.

Coloca las calas y antes de apretar alíneala con los canales de la suela (lo normal es que estas aberturas se encuentren sobre el eje de simetría de la suela). Ahora alinea los tornillos con la marca del rotulador y apriétalos.

Comprueba que al encajar la cala, la segunda articulación del dedo gordo del pie recae directamente sobre el eje del pedal. Algunos corredores de Rally prefieren adelantar ligeramente la cala para hacer más palanca, a costa de una mayor exigencia muscular.

Aseguráte también de que el pie queda paralelo a la bici.

COMO CONSEGUIR IR MEJOR EN LA BICI¡¡¡

El pedaleo, eso tan unido al ciclismo, se transforma en un movimiento casi inconsciente, pero no por ello imposible de mejorar...


Fotos: 1 de 2 Noticias Relacionadas
¿CÓMO PUEDO FORTALECER MIS PIERNAS? , SI TE QUEDAS EN EL LLANO...

Imagina tus piernas al pedalear como las agujas de un reloj:

- Entre la 1 y las 5
Es la franja en la que aplicamos la mayor fuerza, pero al contrario de lo que pensamos, el buen pedaleador no empuja sólo hacia abajo el pedal. Para sacarle el máximo beneficio a esta franja, debes combinar 3 vectores de fuerza y prestar especial atención en los músculos que intervienen en el pedaleo.
Adelante: Utiliza los cuadriceps para empujar hacia delante el pedal hasta llegar a las 3.
Abajo: Los cuadriceps van dejando su trabajo a los glúteos que con gran potencia empujan hacia abajo durante el recorrido.
Atrás: Utiliza los gemelos para extender el pie y empezar a superar el punto muerto de la pedalada (situado a las 6).

- Entre las 5 y las 7
Esta es una posición de tránsito, pero es la zona que puede marcar la diferencia. Aplicar correctamente la fuerza en esta zona ayudará a la otra pierna a comenzar con más inercia su recorrido. No puedes empujar hacia abajo, malgastarás fuerzas, empuja hacia atrás.
Atrás: Emplea los isquiotibiales, y levantando el tobillo para que los dedos "arrastren" el eje, conseguirás hacer fuerza en el mismo sentido que el pedal.

- Entre las 7 y las 10
Es una zona de apoyo, donde manda la pierna contraria (que está entre la 1 y las 5, la zona donde se aplica mayor fuerza). En esta zona, habrá dos vectores de fuerza.
Atrás: Sigue tirando hacia atrás con los isquiotibiales, no podrás hacer mucha fuerza (más hace el cuadriceps de la pierna contraria) pero notarás cómo se agiliza la pedalada, lo que redundará en un pedaleo más redondo.
Arriba: Una vez superada las 9, utiliza los flexores de la cadera para impulsar hacia arriba el pedal. Al igual que en el paso anterior, no notarás un gran aporte de potencia (el glúteo de la otra pierna está en acción), pero sí verás su contribución a conseguir un pedaleo fluido. Levantar los dedos del pie te ayudará a llevar el pie hacia la posición más alta de la zona de pedaleo.

- Entre las 10 y al 1
Esta posición es como el lanzador de un equipo de carretera. Su misión es preparar el ataque del que va detrás de él. Si aprovechamos bien esta zona, la siguiente partirá con una buena inercia.
Adelante: Gracias a los flexores de la cadera, continuamos el movimiento anterior hasta superar las 12. Desde este punto podremos empezar el empuje con el cuadriceps. Bajar el talón hasta la altura del eje del pedal nos ayudará a ejecutar este gesto.

¿Y en cuanto a la cadencia?
- ¿Qué es mejor?
Pues como todo en la vida, depende de la situación. Al margen de la cadencia en zonas técnicas o escasas de tracción (donde se pedalea con una cadencia baja), pedalear con lentitud es síntoma de una peor forma física, una forma menos eficiente de pedalear, pero de mayor esfuerzo cardiovascular.
Cuando estamos más flojos o "apajarados", resulta más eficaz mover más desarrollo (predominando el trabajo muscular), que elevar la cadencia de pedaleo, que elevaría las pulsaciones pese a que el desarrollo sea más suave. Al mejorar la forma física apreciaremos los beneficios de un pedaleo vivo, con una cadencia que ronde las 70-80 revoluciones por minuto, reduciéndose el esfuerzo muscular y permitiéndonos cubrir más kilómetros y cada vez en menos tiempo.
- Las zonas técnicas
Al margen del pedaleo habitual, hay zonas que requieren que variemos la cadencia con el fin de asegurar tracción, mejorar el equilibrio, etc.
Cadencia alta: En zonas muy técnicas y yendo a poca velocidad en llano o en subida, la cadencia alta impedirá que perdamos el equilibrio y podremos reaccionar más rápido ante imprevistos, como cambiar de trazada, superar un escalón o acelerar para afrontar con velecidad un tramo pedregoso. Recuerda la última vez que cruzando un río metiste el pie en el agua o cuando subiendo por una trialera te quedaste bloqueado al no poder evitar una prominente raíz. Probablemente esto te ocurrió porque al ir atrancado, no pudiste hacer más fuerza con las piernas para dar el decisivo golpe de pedal que te sacase de esa comprometida situación, o para poder detenerte y volver a arrancar con agilidad.
Cadencia baja: Tener desarrollo es fundamental para tener tracción, ya sea subiendo por un terreno que ofrezca poca tracción, cuando pedaleamos de pie sobre los pedales o cuando curveamos a gran velocidad (ya sea llaneando o en bajada). La tracción de la rueda trasera es fundamental para "agarrarnos" a la trazada y no perder la trayectoria. Sucede lo mismo cuando vas en coche y al tomar una curva reduces una marcha. Si dejas el coche en punto muerto, no tendrás una tracción que te agarre y el no salirte de la carretera dependerá enteramente de los neumáticos. Además, a la salida de la curva perderás mucho tiempo por no tener desarrollo para salir de ella con fuerza y velocidad.